Crónicas del mar: Legado
Andrea D. Morales

05/05/2021

Sinopsis: «Tras la travesía que la llevó a descubrir el mítico tesoro de Solomón, Taryn se asienta en Isla Latrones, junto con Tharses y la tripulación de La Redención, para disfrutar de las riquezas obtenidas y una vida tranquila en tierra.

Sin embargo, su hogar está en el mar, y las pesadillas que la atormentan cada noche no le dejan encontrar la paz que tanto ansía. Su corazón, aún sediento de venganza, desea reclamar lo que le pertenece por derecho: el legado de su padre.

Para hacer justicia al ahorcamiento del capitán Alain, Taryn tendrá que enfrentarse a la armada real de Narder, encargada de librar al mundo de la calaña pirata, y someter a su rey.

El futuro de quienes navegan bajo la bandera negra está en sus manos; de su fracaso o su éxito dependerá la vida de todos los piratas que surcan los nueve mares».

Cubierta de Crónicas del mar: Legado
De nuevo, las ilustraciones de la cubierta y las que hay en el interior del libro son obra de Eicinic

Tal y como prometí en la reseña que hice de Crónicas del mar: Venganza, la segunda parte de la bilogía escrita por Andrea D. Morales y publicada por Ediciones Freya ya ha pasado por mis manos. Antes de que sigas leyendo debo advertirte de una cosa: te recomiendo que antes le eches un vistazo a la reseña de Venganza (puedes leer la reseña pinchando en ESTE ENLACE), porque en esta habrá referencias a lo dicho en ella.

Bien, han pasado unos pocos años desde que sucedieron los eventos narrados en Venganza. Taryn y Tharses mantienen una relación en la que parecen atascados, aunque esto se debe más a las inquietudes que la carcomen a ella que a cualquier otra cosa. A pesar de haber culminado su venganza contra Grenson, Taryn sigue sintiendo que falta algo en su vida, que no está cumpliendo con su cometido. Aquí es donde entra en juego el título de la novela: el legado. Porque Taryn sabe que no ha recibido el legado que le corresponde por ser hija de su padre, el temible capitán Alain, y porque tiene la convicción de que el legado que ella dejará para las siguientes generaciones no será suficiente.

Estas dos vertientes de un mismo concepto serán las que, unidas, conformen el arco principal de la protagonista. Motivada por uno de los pilares fundamentales de su vida, la venganza, se impone una misión que solo se puede tildar de suicida. Ya no quiere enfrentarse a piratas rivales, sino a una nación entera. Para cualquiera resultaría obvio que semejante objetivo es una locura, pero recordemos cómo es Taryn: indómita, impulsiva, irreflexiva y obcecada, además de estar dotada de un gran carisma capaz de arrastrar a las masas. Y de eso se vale precisamente para poner en marcha su plan más ambicioso, por mucho que algunas personas intenten hacerla entrar en razón

Dos sables cruzados sobre una pergamino en el que hay dibujado un barco. Tambien se ven unas cuantas monedas doradas
En esta ocasión no hay tesoro, pero el espíritu pirata sigue muy presente

Gran parte del reparto original vuelve a presentarse en esta secuela, aunque con algunas diferencias en los roles que desempeñan. Tharses y Xenia, por ejemplo, tienen un papel más secundario que en Venganza, mientras que otros, como el joven Jim o el señor Moorhen, ganan protagonismo. Por supuesto, el elenco se ve reforzado con la presencia de nuevos personajes, entre los que destacan el capitán Abner y, por encima del resto, la capitana Nerissa. Así como en la primera parte me pareció que, aparte de Taryn y Tharses, no había personajes con gran profundidad, en esta secuela creo que se ha mejorado bastante al respecto.

Como contrapartida, los nuevos enemigos no podían ser más diferentes a lo que ya vimos con anterioridad. Mientras que en Venganza se enfrentaban a criaturas marinas mitológicas y piratas rivales, los antagonistas en Legado serán los miembros de la familia real de Narder y su sistema de justicia.

Aquí es donde se encuentra el punto más conflictivo de la novela, porque lo que Taryn no deja de llamar justicia no es más que venganza elevada al más alto nivel. Quiere castigar a un rey, a su pueblo y a todo el reino al que representa porque se ha declarado enemigo de la piratería y actúa en consecuencia. Por supuesto, los piratas lo consideran malvado por juzgar y ejecutar con dureza a sus iguales y no permitirles robar, saquear y asesinar a placer. Visto con la perspectiva que nos da el no estar viviendo en los siglos XVII y XVIII, semejante actitud ante la piratería no nos debería parecer tan descabellada, pero no olvidemos que la historia está contada a través de los ojos y sentimientos de Taryn, una pirata que solo ha conocido esa forma de vida y que la ama profundamente.

El símbolo pirata (la calavera con dos espadas cruzadas debajo) sobre un fondo arcoiris
La bandera pirata, con una pequeña diferencia. Y es que en esta ocasión podemos encontrar clara represntación LGTBI

Como he dicho un poco antes, en esta secuela no hay criaturas fantásticas, lo que dota a la historia de una ambientación mucho más real. Si el primer volumen podía tener ciertas influencias de la saga cinematográfica Piratas del Caribe, este segundo se parece más a la serie Black Sails, tanto por el objetivo que buscan los personajes como por la crudeza y la violencia explícita que se muestra en gran cantidad de escenas. Pese a que las páginas de un libro son blancas, por las de este corren ríos de sangre.

Otra de las grandes diferencias que he encontrado respecto a su predecesora, al menos en mi opinión, es que en esta ocasión la novela me parece mucho más uniforme. Cuando hablé de Venganza dije que las escenas de acción y de interacción entre personajes me parecían muy marcadas y poco fluidas en las transiciones entre unas y otras. Aquí, en cambio, he notado una gran mejoría en ese sentido, mostrando mucha más naturalidad en las escenas intermedias.

El estilo con que está narrada la historia por parte de la autora tiene también gran valor. Aunque en esta ocasión se pasé mucho más tiempo en tierra, no debemos olvidar que se trata de una historia de piratas y de barcos. La jerga marinera es constante a lo largo de toda la novela pero, gracias al buen hacer de Andrea y su prosa, no resulta complicado entender a qué se refiere cada vez que incluye detalles más técnicos. A esta labor también contribuye el glosario que se incluye, en el que se aclaran la mayoría de los términos conflictivos.

Esto último es solo uno de los valores añadidos de la edición. Ya os he hablado más de una vez de Ediciones Freya y lo mucho que miman sus libros. Al igual que en Venganza, todas las ilustraciones son obra de Eicinic, que incluyen la cubierta, retratos de Taryn y Nerissa, varios embellecedores y un mapa del mundo donde se desarrolla la historia. La elección de la tipografía vuelve a ser la misma que en la anterior ocasión, facilitando de esta forma la sensación de verse inmerso en una aventura más propia de otros tiempos.

Barcos de vela en el mar bajo un cielo cubierto de nubes
El mar, hogar y sueño de cualquier pirata

En resumen, me atrevo a decir que Crónicas del mar: Legado es más que una digna sucesora de Venganza, ya que la supera en muchos aspectos.

Como siempre, llega el momento de preguntaros a vosotros. ¿Habéis leído ya esta novela? ¿Y su primera parte? ¿Qué expectativas os genera esta reseña? Ya sabéis que más abajo está disponible el cajetín de los comentarios para vuestro uso. Y, por supuesto, si os ha gustado la reseña, os invito a suscribiros al boletín. No solo me haríais un gran favor, también podréis manteneros al tanto de todas las novedades que se produzcan en De Terror y Fantasía. ¡Nos vemos!