Frankenstein o El moderno Prometeo
Mary Shelley

07/05/2024

Sinopsis: «Una expedición al Polo Norte se cruza, en mitad del mar helado, con un misterioso hombre gigantesco marchando en un trineo a toda velocidad. Horas después, rescatan a otro hombre a punto de morir. Cuando este se recupera, relata al capitán la historia de cómo ha acabado allí, persiguiendo a aquella criatura monstruosa.

Se trata de Victor Frankenstein, un joven ávido de conocimientos científicos, obsesionado con la posibilidad remota de dar vida a cuerpos inanimados. Para conseguirlo, crea un "monstruo" al que dota de vida para después aborrecerle. Su creación, que solo solicita ser querido, reacciona con violencia ante el rechazo de su creador».

Las tres cuartas partes superiores de la cubierta son blancas surcadas por rayas rojas irregulares, a modo de heridas cerradas por puntos; la parte infeior es negra, con el título del libro y el nombre de la autora
Cubierta de Frankenstein o El moderno Prometeo

Últimamente me ha dado por leer algunos clásicos de la literatura de terror. De esta forma han caído entre mis ávidas manos historias como El cuervo, de Edgar Alan Poe, El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, de ‎Robert Louis Stevenson, o En las montañas de la locura, de H. P. Lovecraft. Si os soy sincero, la experiencia no estaba siendo tan satisfactoria como cabía esperar, pero por suerte la cosa cambió a mejor con el, hasta ahora, último intento con este tipo de obras. Como os habréis dado cuenta viendo el título de la actual reseña, se trata de Frankenstein o El moderno Prometeo, de Mary Shelley.

Es bien conocida la historia de cómo Lord Byron, John Polidori, Percy Bysshe Shelley y su esposa, la mencionada Mary Shelley, se reunieron en la villa suiza donde residía el primero y que, a instancias del anfitrión, aceptaron el reto de escribir una historia de terror. Solo Polidori logró terminar la suya, pero la joven Mary Shelley (por entonces contaba con 19 años) salió de allí con la idea que acabaría convirtiéndose en una de las novelas más importantes del terror y de la ciencia ficción.

Y tras esta magistral clase de historia, nos metemos en faena para comenzar a hablar de lo que verdaderamente nos atañe.

Frankenstein es una novela narrada en forma epistolar; es decir, se nos muestran las cartas que escribe uno de los personajes, en este caso el capitán Walton. El capitán nos habla primero de sus firmes intenciones de explorar el Polo Norte y, más tarde, de cómo recogen a un hombre moribundo que vagaba en trineo por los hielos árticos. Este hombre, que no es otro que el mismísimo doctor Victor Frankenstein, hace buenas migas con el capitán y, una vez recuperado, pasa a contarle una increíble historia que el capitán Walton transcribe en su diario. Esta historia, como bien podéis imaginar, es aquella en la que crea al famoso monstruo, aunque las peripecias del pobre Victor y su criatura van mucho más allá. A su vez, dentro de este relato hay otro nivel más en el que es el monstruo quien se convierte en narrador, contándole a su creador las desventuras que le llevaron a ser como es.

Escena en blanco y negro donde se ve al monstruo en una camilla, al doctor Frankenstein auscultándole y al ayudane Igor junto a ellos
Frankenstein ha sido llevado a la gran pantalla en multiples ocasiones y con diferentes reinterpretaciones

Puestos a analizar a los personajes, creo que solo hay dos en los que realmente merezca la pena centrar nuestra atención. Por supuesto, me refiero a Victor Frankenstein y a la criatura.

Del primero me gustaría señalar que es una persona muy compleja. Muy inteligente, su ego le alienta a traspasar los límites de lo moral, de lo correcto; por el contrario, sus inseguridades le hacen que rehúya la responsabilidad que conllevan sus actos. Durante toda la novela se ven estas dos caras del doctor, cada cual tirando en un sentido diferente de su personalidad. En algunos momentos se vislumbra una tercera faceta, la del hombre humilde y cabal que quiere hacer lo correcto, pero que siempre acaba velada, tarde o temprano, por las otras dos.

Del segundo, me parece importante decir que es un bebé en el cuerpo de un gigante. Abandonado a su suerte, se ve obligado a aprender todo lo referente a la vida sin nada ni nadie que le guie. Y una de esas cosas que debe aprender es a gestionar unas emociones que muchas veces no comprende. De ahí que ponga a su creador, a su padre, en la tesitura de cubrir unas necesidades a las que es incapaz de hacer frente. Como no podía ser de otra manera, la negativa provoca en la criatura una ira que desemboca en una pataleta de consecuencias desproporcionadas.

«—Apenas recuerdo los primeros momentos de mi vida; todos los acontecimientos de ese período aparecen confusos e indistintos. Una extraña multitud de sensaciones me embargaba: veía, tocaba, oía y olía al mismo tiempo; y tardé mucho, desde luego, en aprender a diferenciar las funciones de mis distintos sentidos».

Frankenstein o El moderno Prometeo

Mary Shelley

En cuanto a la lectura en sí misma, el estilo gótico en que está escrito hace fácil retrotraerse a las primeras décadas del siglo XIX: las ciudades y pueblos que se visitan, los paisajes montañosos, las relaciones entre personajes, las escenas marítimas… Sin ser prolija en descripciones, no da por sentada la estética que se le presupone a la época. Y la parte científica tampoco es escabrosa o pesada. Digo esto último porque muchos consideran a Mary Shelley como precursora de la ciencia ficción y a su Frankenstein como la obra que inauguró este género. Yo no opino sobre el tema porque, entre otras cosas, no tengo ni idea. En lo que sí me mojaré es en decir que yo veo esta historia más como terror que como ciencia ficción, aunque en el fondo no dejan de ser etiquetas.

Lo más curioso de esta novela es que todos, en mayor o menor medida, tenemos ciertas ideas preconcebidas que no resultan ser acertadas. Esto se lo debemos a sus múltiples adaptaciones al cine, que cuentan una historia que poco tiene que ver con la original. Por ejemplo, está la creencia de que el monstruo es creado a partir de partes de cadáveres y reanimado gracias a la energía de un rayo, cuando en el libro no se menciona nada referente al proceso; también se suele representar a la criatura como un ser bondadoso pero que, debido a su aspecto, es odiado, temido e incomprendido, cuando en realidad lo de bondadoso se puede coger con pinzas.

De todas las adaptaciones llevadas al cine, quizás la más icónica sea la representada por Boris Karloff en 1931, que nos dio la imagen que se nos suele venir a la cabeza cuando pensamos en este monstruo. Sin embargo, la versión de 1993, Frankenstein de Mary Shelley, dirigida por Kenneth Branagh y protagonizada por él mismo en el papel de Victor Frankenstein, Helena Bonham Carter como su prometida y con Robert De Niro como la criatura, es la más fiel a la novela.

Fotomontaje con imágenes de diferentes versiones de la criatura de Frankenstein
Para muestra, un botón: aquí tenéis unas cuantas versiones del personaje. De izquierda a derecha: Peter Boyle en El jovencito Frankenstein, Aaron Eckhart en Yo, Frankenstein, Homer Simpson en una parodia, Boris Karloff en Frankenstein (1931), Frank, de Hotel Transilvania, Spencer Wilding en Victor Frankenstein, y Robert De Niro en Frankenstein, de Mary Shelley

Tampoco podemos dejar de lado otras versiones, como la de El jovencito Frankenstein en clave de comedia; Yo, Frankenstein, en la que se le reconvierte en algo parecido a un héroe de acción; Víctor Frankenstein, una reinterpretación del clásico desde el punto de vista del jorobado Igor (otra invención del cine que no aparece en la novela); o Frank, el personaje de la saga de películas de animación Hotel Transilvania, donde es uno de los mejores amigos del conde Drácula y un fiestero de manual. Incluso Los Simpson han parodiado en diversas ocasiones al personaje.

Bueno, como podéis ver, hay muchas versiones tanto de la historia como del personaje, pero me atrevería a asegurar que ninguna llega a calar tanto como lo que se presenta en la novela. Como dije al principio, Frankenstein o El moderno Prometeo ha servido de redención a mis ojos respecto a los clásicos de terror. Ahora ya tengo claro cuál es el próximo, en una fecha futura, al que me enfrentaré: Drácula, de Bram Stoker (del que dejaré una reseña por aquí, por supuesto).

Y vosotros, ¿habéis leído Frankenstein? ¿Os gustan los clásicos de terror? ¿Cuáles me recomendaríais? Ya sabéis que más abajo hay un cajetín de comentarios en el que podéis responder a estas preguntas o contarme cualquier otra cosa que queráis. Y ya si os suscribís al boletín de De terror y fantasía, mi agradecimiento será eterno. ¡Nos vemos!