Los hijos de la araña
J. G. Mesa

19/11/2024

Sinopsis: «El gobierno de Ceaușescu ha caído. Ha sido declarado culpable y ejecutado junto a su esposa tras un juicio sumario televisado. Y ahora todo el mundo tiene miedo, nadie confía en nadie, la fidelidad se paga con sangre. Y también la traición. Alin Sala, agente securitate, tiene una última misión. El expresidente le dio órdenes específicas: “si algo pasara alguna vez, la sacarás del país”. Y ahora que todo se derrumba, parece lo único importante: encontrar a Tate, la hija secreta de Nicolae Ceaușescu, en una institución psiquiátrica y sacarla de Rumanía enfrentándose a los monstruos y a los dioses».

Cubierta de Los hijos de la araña, de J. G. Mesa
Sugerente arte el utilizado en la cubierta del libro

El terror en la literatura es el equivalente al color negro en la moda: pega con todo. Ya sea en una historia costumbrista, de acción, romántica, de fantasía (esta es la combinación que más me gusta, por si os lo preguntabais), juvenil, de ciencia ficción… E incluso en un marco histórico. Si queréis un buen ejemplo de esto último, esta reseña se encargará de ello.

El libro que hoy os traigo es Los hijos de la araña, de J. G. Mesa, una novela corta publicada en formato bolsilibro por la editorial Cerbero. La historia nos traslada a la Rumanía del año 1989, a los primeros días tras la caída del régimen de Nicolae Ceaușescu. El protagonista es Alin Sala, agente de las altas esferas de la Securitate (policía secreta rumana mientras el país fue un estado comunista) y persona cercana al recién ejecutado presidente. Es esta relación la que le obliga a cumplir una última misión, a pesar de que todo ha acabado: sacar del país a la hija secreta de Ceaușescu.

Como he dicho, Los hijos de la araña es un libro de terror. Sin embargo, y a pesar de lo corto que es, se podría dividir en tres partes, cada una mostrando un tipo de terror muy diferente de los otros.

El primer terror se correspondería con la realidad sociopolítica de aquel momento, con la inseguridad de qué va a pasar, con quien están las lealtades del resto de la gente. Esto se ve en la forma de actuar de Sala, que hace patente la brutalidad implacable del sistema y es reflejo de lo que significó el cuerpo al que perteneció. Pero no es el único, ya que el resto de gente de la que se rodea tiene los mismos escrúpulos que él.

El segundo ya entra en el terreno de lo psicológico, más afín a lo que se puede encontrar en las obras pertenecientes al género. La misión de Sala les lleva a él y a sus acompañantes hasta el psiquiátrico (y más adelante a bosques y montañas) donde está internada Tate Ceaușescu, una muchacha silenciosa y enigmática que lleva el rostro cubierto con una máscara de oro, y aquí es donde se empiezan a mostrar esos detalles que nos hacen darnos cuenta de que las cosas no son normales, de que algo acecha en las sombras, de que estamos en peligro aunque no sepamos muy bien lo que eso significa.

«Había un enorme roble, a una distancia inferior a quince metros, cubierto por completo de una sucesión de gasas traslúcidas de hebras visibles, por las que, a pesar de la poca iluminación que proporcionaba la hoguera, podían apreciarse miles de pequeñas figuras oscuras afanándose en carreras nerviosas dentro y fuera de aquellas cortinas. Era la tela de araña más grande que había visto en su vida. ¿Y si les hubiese dado por envolverlos a ellos?».

Los hijos de la araña

J. G. Mesa

El tercer terror, que aquí encontramos en la parte final del libro, es el del salvajismo y la bestialidad. Narración explicita de violencia en estado puro, deleitándose con barbaridades y atrocidades hasta el punto de hacer la lectura desagradable. Gore. No entro a cuestionar si es buena elección por parte del autor afrontar esta parte de semejante manera, pero hay algo que sí echo en falta: equilibrio; tanto en la resolución de estas escenas como (y es que va íntimamente ligado) en el final de la historia. Me refiero a que, por un lado, todo es muy fuerte, y por el otro se pasa casi de puntillas. Eso sí, supongo que es deliberado.

Si os soy sincero, esta novelette me ha generado sentimientos encontrados. Me parece una buena historia (muy bien contada, por cierto), pero que es disfrutable por un público muy selecto. En lo que a mí respecta, la parte histórica no me suele atraer demasiado, y aquí no ha habido una excepción; la parte más salvaje, como he dicho antes, me hubiera gustado más de no ser tan salvaje y estar más equilibrada. En cambio, la parte central, la que explora al personaje de Tate y todo el misterio que la rodea, sí es más de mi rollo, aunque creo que se queda un poco a medias y me dejó con ganas de más.

Poco más puedo contaros sobre esta novela. Ahora es vuestro turno para decirme si os atraen o no este tipo de obras tan explícitas. Ya sabéis que en De terror y fantasía queremos saber vuestra opinión y que para ello podéis usar el cajetín de comentarios que hay más abajo. ¡Nos vemos!