Nía
Patricia Reimóndez Prieto

14/06/2022

Sinopsis: «El mundo de Mara se muere, el sol abrasa y el agua hace tiempo que dejó de bajar abundante por el río. Todo a su alrededor es escasez y agonía. Si no hace nada enseguida, ella y su familia perecerán lentamente. Solo existe un lugar al que acudir, uno que permanece verde mientras en el resto todo es polvo y aridez: el Bosque de Robles. Claro que eso no va a ser fácil. La leyenda dice que nadie ha sobrevivido jamás al encuentro con la dríada, la protectora del bosque. A pesar de las señales adversas y la hostilidad del lugar, Mara se adentra en él dispuesta a arriesgar su vida para conseguir el alimento que tanto necesitan ella y los suyos. Su valentía y obstinada voluntad llamarán la atención de la dríada, pese a que esta desprecia a los humanos. Mara descubrirá que, más allá de la supervivencia, su coraje le abre la puerta a un premio mucho mayor del que jamás habría podido soñar.

Nía, la primera novelette de Patricia Reimóndez Prieto, es la historia de una humilde campesina que desea darle un futuro a su familia. La protagonista no es una elegida de brillante armadura y dones especiales. Ella pertenece a los que no tienen nada, a los aparentemente insignificantes. La autora está convencida de que la lucha por la supervivencia es la más épica de las gestas. En un mundo deshumanizado marcado por la guerra, la fraternidad, la solidaridad y el respeto por la naturaleza pueden ser las respuestas».

Cubierta de Nía, de Patricia Reimóndez Prieto
La ilustración de la cubierta ya nos predispone a adentrarnos en un mágico mundo de fantasía

Tras una larga ausencia por los mundos digitales, De Terror y Fantasía vuelve a la carga con una nueva reseña. Hoy os traigo una publicación que corre a cargo de LES Editorial: Nía, la novelette con que debuta Patricia Reimóndez Prieto.

Para empezar, diré que se trata de una historia corta, tan corta que se lee en un par de estornudos (perdón por el chiste, pero la leí cuando la alergia primaveral atacaba con más fuerza).

La novela nos pone en el lugar de unos niños, de entre seis y nueve años, que han acudido a una excursión para continuar la tradición de plantar semillas en el linde del bosque. Ela, así apodada porque podría ser (y se siente) la abuela de todos ellos, es la encargada de guiarlos y cuidar de ellos durante aquella importante misión. ¿Que por qué la lectura nos pone en el papel de los niños? Porque Ela empieza a relatarnos a todos, tanto a ellos como a nosotros, un cuento maravilloso y cautivador.

Por supuesto, ese cuento es el meollo de la novela. La forma en que está escrita me recuerda a La princesa prometida (con sus diferencias), con una narración de la historia interrumpida por los comentarios, preguntas y otras intervenciones de los niños espectadores. Esto no es suficiente como para sacarte de la lectura, pero sí para recordarte que estás dentro de un cuento y que tengas paciencia, ya que las preguntas que te surjan (muchas de las cuales también se hacen los niños) encontrarán respuestas a su debido momento.

«El Bosque de Robles se llenaba de sonidos cuando el sol se colaba entre las hojas y las ramas, y de silencios cuando la luna espiaba en sus recovecos».

Nía

Patricia Reimóndez Prieto

Como en toda historia, una de las partes más importantes son los personajes, y en esta ocasión los focos recaen sobre Mara y la dríada. Mientras la primera es recia y obstinada, la segunda es juguetona y severa. Tal vez sea ese contraste entre las dos lo que haga que el vínculo que surge entre ellas funcione tan bien, sin verse forzado en ninguno de los pasos que van dando. Esa naturalidad ayuda a que el resto sea mucho más creíble, ya que la relación entre ambas cumple con dos funciones muy relevantes en la novela: por un lado, sirve como hilo conductor, haciendo que el cuento avance y se desencadenen una serie de hechos; por otro, acentúa la evolución tanto de Mara como de la dríada, otorgándoles la posibilidad de enfrentarse a esos hechos.

Otra parte esencial es el worldbuilding con que la autora nos pone en situación. Se trata de un mundo asolado por la sequía y el hambre, una tierra árida donde la vida no es nada fácil. La excepción es el bosque de robles donde habita la dríada, colmado de vida. Sin necesidad de grandes descripciones, no nos cuesta mucho visualizar estos ambientes o pasar del calor abrasador de las zonas yermas al verde frescor de la vegetación.

Ejemplar de Nía junto a su marcapáginas
Ahora que estamos en época de mucho calor, leer historias refrescantes es una buena idea

Hasta aquí he hablado del contenido, ahora me centraré un poco en la forma.

Escribir de manera sencilla es una virtud a menudo enturbiada por el pecado de la simpleza; sin embargo, Patricia logra ese equilibrio a la perfección, ya que el estilo con que nos deleita va muy acorde con todo lo que Nía nos ofrece. Sin alardes ni florituras, el ritmo pausado nos ayuda a imaginar el bosque como si de un paseo a través de sus árboles se tratara. La misma sensación de maravilla que se desprende de la historia puede percibirse en la elección de palabras y la construcción de oraciones.

Por ponerle un pero (y mira que me ha costado encontrar uno), diré que hay algunas ocasiones en que la puntuación no ha terminado de convencerme.

Eso sí, tengo que aclarar que, más que de errores, se trata de apreciaciones personales, puesto que este es un aspecto en el que el estilo personal de cada autor influye mucho.

En cuanto a la edición hecha por LES Editorial, se agradece encontrar un libro sin erratas (al menos que yo haya visto). A pesar de lo fino que es, no se buscan trucos con la maquetación para aumentar su grosor (papel de mayor gramaje, interlineados y tipografías hiperdimensionadas, márgenes exagerados). El interior, al igual que lo demás, destaca por su sencillez y pulcritud, ofreciendo una experiencia agradable en cuanto a lo visual. Todas las florituras se han reservado para el diseño de la cubierta, una ilustración que, como podéis ver más arriba, evoca la magia que se podrá encontrar entre sus páginas.

«—¿Eres… la dríada?

—¿Dríada? ¿Es así cómo me llamáis ahora?

—Sí… ¿no es tu nombre?

Y aquella a la que conocía como dríada le sonrió a la vez que negaba con la cabeza».

Nía

Patricia Reimóndez Prieto

Hasta aquí la reseña de Nía. ¿Os ha animado a leer esta bonita historia? Como siempre, espero vuestros comentarios al respecto. Además, si os ha gustado, también podéis suscribiros a la lista de correo para no perderos la novedades que vaya publicando en esta nueva etapa de De Terror y Fantasía. ¡Nos vemos!