Echidna
Beatriz Alcaná

31/12/2023

Sinopsis: «Febrero de 1858. El HMS Echidna emprende una expedición científica con el objetivo de localizar el polo sur magnético. A bordo viaja el doctor Terrance Derleth, a quien su vieja amiga lady Augusta Sophia Young, la esposa del gobernador de Tasmania, pide ayuda en una carta al enterarse de que pasarán el invierno en la isla. Su ahijada, Moira Cox, padece unos extraños delirios: está convencida de que unas criaturas ancestrales se comunican con ella desde las profundidades del océano. Junto al doctor Derleth viajan el irreverente teniente Virgil Lockhart y el joven cirujano irlandés Graham Doyle. Todos ellos tratarán de velar por la vida de la señorita Cox mientras la verdad se va desvelando poco a poco. Lo que ninguno sospecha es que tal vez sea la propia Moira quien esté tratando de salvar a la tripulación del Echidna de un destino peor que la muerte».

Cubierta de Echidna, de Beatriz Alcaná
La imagen de la portada se titula HMS 'Erebus' passing through the chain of bergs, 1842, de Richard Brydges Beechey, expuesto en el National Maritime Museum (Greenwich, Londres)

Hay quien diría que no se puede ser objetivo al cien por cien con un libro del que te sientes parte, aunque solo sea de manera ínfima (un poquito más en la versión digital), pero las aventuras y desventuras por las que ha pasado Echidna son el mejor argumento para demostrar que se puede seguir siendo fiel a la verdad a pesar de tener ese puntito de subjetividad.

Hace ya un tiempo hice las veces de lector beta de esta historia para Bea, compañera cylconita. Se trataba de un relato largo para una convocatoria cuya temática eran Lovecraft y el terror cósmico. El relato fue seleccionado (ninguna sorpresa) pero, por desgracia, la antología no llegó a ver la luz; la triste realidad por la que está pasando el sector editorial en el país se llevó por delante a Insomnia Ediciones, la entidad convocante. Tales circunstancias no desalentaron a la autora, que decidió presentar la obra a otro concurso. Tras realizar ciertas modificaciones para que cumpliese con nuevos requisitos, Echidna se alzó como ganadora del V Premio de Novela Corta de Terror del Ayuntamiento de Nava.

Así que, si dudáis de mi palabra cuando os digo que estamos ante una novela corta magnífica, pensad que dos jurados diferentes creyeron oportuno destacarla frente a otras muchas competidoras.

Bien, aclarado todo esto, es momento de centrarnos un poco más en la historia que nos cuenta el libro y no en sus propias peripecias. ¡Al lío!

Un ejemplar de Echidna junto a un árbol de navidad en miniatura
Coincidencia o no, el clímax de esta historia se produce durante el último día del año 1858. ¡Feliz 2024!

Como he dicho antes, Echidna es una novela corta, una de esas que se pueden leer casi de una sentada. Narrada de forma epistolar, las cartas que intercambian algunos de los personajes sirven para ponernos en antecedentes y prepararnos para la verdadera aventura, que se extrae directamente del diario personal del teniente Lockhart, oficial en el barco que da nombre a la novela.

Los hechos acontecen durante el año 1858, cuando el HMS Echidna se prepara para viajar en expedición científica a la Antártida, previa escala en la recién bautizada Tasmania. Todo el lenguaje del libro nos retrotrae a esa época, pero no por ello se convierte en una lectura difícil o espesa; al contrario, nos ayuda a situarnos y a imaginar el día a día de la tripulación. Además, al tratarse de cartas y extractos de un diario, todo parece mucho más real, más verosímil.

Es cierto que, a lo largo de toda la narración, podemos encontrar referencias a Lovecraft y su obra (la extraña enfermedad que aqueja a la señorita Moira Cox, un viaje científico a la Antártida, una cordillera helada con un tamaño que excede a lo conocido, seres cuya existencia desafía a la razón, personajes con nombres relacionados con el propio autor). Sin embargo, hay mucho más; novelas como El Terror, de Dan Simmons, Frankenstein o El moderno Prometeo, de Mary Shelley, incluso ¿Quién hay ahí?, de John W. Campbell Jr. (esta última más conocida por su versión cinematográfica La cosa), están presentes ya sea en forma o en fondo. Todas estas son historias en las que los fríos polares adquieren protagonismo propio, los personajes se ven obligados a alcanzar sus límites y a discernir si lo que perciben sus sentidos está más allá de la cordura.

Tendemos a olvidarlo, pero nuestro mundo ha sido y es habitado por criaturas cuya morfología sencillamente desafía a la razón humana. En su opinión, sin embargo, esto no puede ser obra de la mano de Dios. No al menos de nuestro Dios».

Echidna

Beatriz Alcaná

Nosotros, en cambio, no tenemos que enfrentarnos al poder helador de las nieves ni a los horrores que se esconden en las profundidades de las montañas; como lectores, tenemos el privilegio de acurrucarnos al calor bajo una manta con una buena novela corta en una mano y una taza de chocolate caliente en la otra (o café, o té, o un caldito… Ya me entendéis) para disfrutar desde la comodidad de las aventuras y desventuras que acontecen en las vidas de la tripulación del HMS Echidna.

Por cierto, la versión digital de Echidna está disponible en la plataforma Lektu para descargarla gratuitamente (pincha en ESTE ENLACE), así que no tenéis excusa para no leerla. Cuando lo hayáis hecho, os espero para que comentéis en el cajetín de más abajo qué os ha parecido. ¡Nos vemos!